Cualquier día de mayo en cualquier terraza del centro de Paris hubiera sido difícil encontrar una mesa libre en horario de happy hour, especialmente cuando los días se alargan y los atardeceres se vuelven cálidos.
Por supuesto, este año fue distinto. Tras casi dos meses de encierro debido a la pandemia del covid-19, a partir del 11 de mayo se permitió volver a salir a la calle sin certificado, y el resultado fue una situación inédita: Paris sin cafés ni turistas, algo que no consiguieron ni siquiera los atentados de 2015. Mientras cada tarde el Sena se llenaba de gente brindando al sol celebrando el fin del encierro, los lugares mas emblemáticos del Barrio Latino se vaciaban tras el cierre de los comercios, sus habitualmente concurridas calles se asimilaban a las de una ciudad fantasma. Utilizando una cámara de banco óptico, estas imágenes fueron tomadas entre las siete y las nueve de la noche durante los primeros días que siguieron al desconfinamiento.